La contaminación atmosférica reduce la capacidad de atención de los niños a corto plazo
- Karla Islas Pieck
- 13 feb 2017
- 3 Min. de lectura
BARCELONA, ESP. Los niveles cotidianos elevados de dióxido de nitrógeno (NO2) y carbono elemental (C) – dos de los contaminantes asociados al tráfico – producen fluctuaciones en la atención de los niños, además de los efectos en el desarrollo neurológico a largo plazo que ya se conocían, según los resultados de un estudio dirigido por Jordi Sunyer, investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y catedrático de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), publciados en Epidemiology.[1]
El trabajo se ha realizado en el marco del proyecto BREATHE (BRain dEvelopment and Air polluTion ultrafine particles in scHool childrEn), cuyo principal objetivo consiste en estudiar el impacto de la contaminación del aire de las ciudades sobre el desarrollo cognitivo de los niños, y analiza datos de alumnos de segundo, tercero y cuarto de primaria de 40 escuelas de diferentes zonas de Barcelona, con financiación de la Comisión Europea.
Parte de la investigación ha reportado que dos horas de videojuegos a la semana resultan favorables para el desarrollo cognitivo en los niños. Igualmente los investigadores ya habían demostrado que el desarrollo cognitivo de los niños que asisten a escuelas expuestas a un mayor nivel de contaminación ambiental asociada al tráfico es más lento en comparación con los alumnos que acuden a centros ubicados en áreas menos contaminadas.[2]
En estudios previos con modelos animales ya se había podido observar que la inhalación de partículas ultrafinas procedentes del aire de motor diesel provoca una expresión elevada de citoquinas y estrés oxidativo en el cerebro, lo que a su vez se traduce en la alteración del comportamiento del animal.[3,4]El nuevo estudio analiza el seguimiento de 2687 niños de 265 aulas en 39 escuelas de la ciudad de Barcelona entre enero de 2012 y marzo del 2013.Durante el estudio los investigadores realizaron cuatro visitas a los menores en las que se evaluaron cuatro dominios diferentes de los procesos de atención, realizando 10.002 pruebas computarizadas de atención de los niños (prueba de redes atencionales, Child ANT) en 177 días distintos. Estos datos se cruzaron con los niveles diarios de dióxido de nitrógeno y carbono elemental – también conocido como carbono negro – con valores de <2,5 µm (PM 2,5) medidos tanto en el interior de las aulas como en las estaciones de monitorización externas.Los resultados ponen sobre la mesa que el aumento de la contaminación atmosférica se asocia a una reducción de los procesos de atención de los escolares dentro de las aulas.

En concreto, se identificó que los días en que los niños se expusieron a mayores niveles de contaminación ambiental hubo un retraso equivalente a más de un mes en la mejora natural de la velocidad de respuesta que cabría esperar como consecuencia del desarrollo con la edad."La respuesta de los niños y niñas fue más lenta y menos consistente en los días con niveles más altos de contaminación atmosférica relacionada con el tráfico en el ambiente. Desconocemos el impacto que puede tener en los procesos de aprendizaje, aunque el efecto estimado fue modesto a nivel individual, cuando se extrapola este tipo de exposiciones comunes con efectos pequeños en la función cognitiva a nivel poblacional, el impacto es importante", explica el investigador Jordi Sunyer."Estamos ante una evidencia más acerca de la necesidad de evitar la contaminación atmosférica en el entorno de los centros escolares, y muy especialmente la proveniente de los vehículos diésel", concluye el primer autor del estudio.BREATHE Project fue financiado por el European Research Council (ERC Grant Agreement number 268479). Se realizó el diseño y supervisión del modelo de contaminación del aire mediante el Proyecto ESCAPE. El Dr. Sunyer y el resto de los autores han declarado que no tienen ningún conflicto de interés económico pertinente.
Comments