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La estimulación mental temprana puede detener el deterioro cognitivo

  • Megan Brooks
  • 11 may 2017
  • 3 Min. de lectura

Estimular el cerebro a una edad temprana y madura a través de una mejor educación y trabajos complejos puede ayudar a las personas a mantenerse mentalmente aptas a una edad más avanzada, según la nueva investigación que respalda la teoría de la "reserva cognitiva".[1]

"Aunque está bien documentado que un estilo de vida saludable reduce el riesgo de alteración de la memoria y la cognición a una edad más avanzada, nuestro estudio demuestra que las personas pueden desarrollar una forma de resistencia mental a la adversidad en una etapa más temprana de la vida a través de educación y de ocupaciones mentalmente complejas, lo que aumenta el efecto del estilo de vida", expresó a Medscape Noticias Médicas el investigador principal, Bob Woods, PhD, de la Bangor University, en Reino Unido.

"Esta resistencia a la adversidad, que se describe como 'reserva cognitiva', puede continuar desarrollándose a una edad más avanzada a través de actividades mentalmente estimulantes", señaló el Dr. Woods.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 21 de marzo en PLOS Medicine.

Amortiguador mental

Los investigadores exploraron el efecto mediador de la reserva cognitiva sobre la relación entre los factores relativos al estilo de vida saludable y la función cognitiva a una edad más avanzada. Analizaron datos recolectados entre 2001 y 2013 de 2315 adultos cognitivamente sanos, de 65 y más años de edad, de la cohorte CFAS-Wales (Función Cognitiva y Estudios de Envejecimiento de Gales).

Después del ajuste con respecto a edad, género y trastornos crónicos, se encontró que la actividad cognitiva y social, la actividad física, la dieta saludable y el consumo de alcohol leve a moderado, se relacionaban positivamente con la función cognitiva. En conjunto, estos factores representaron 20% (IC 95%: 17% - 23%) de la varianza en las puntuaciones de las pruebas cognitivas.

La reserva cognitiva, ordenada a partir de la educación y la complejidad ocupacional, fue un mediador importante de esta relación. Los efectos indirectos de la reserva cognitiva contribuyeron con 21% (IC 95%: 15% - 27%) al efecto global sobre la cognición, informan los investigadores.

"Encontramos que las personas con un estilo de vida más saludable tenían mejores puntuaciones en las pruebas de capacidad mental, lo que posiblemente se deba a su grado de reserva cognitiva", señaló el Dr. Woods.

"Se puede definir la reserva cognitiva como un amortiguador mental que protege contra las alteraciones patológicas relacionadas con la edad", comentó a Medscape Noticias Médicas la coinvestigadora, Julia Teale, PhD, de la University of Exeter, en Reino Unido. "Podemos construir nuestra reserva cognitiva durante una edad temprana a través de la educación, y durante la edad madura a través de nuestra ocupación con actividades mentalmente complejas".

Los investigadores señalan que las limitaciones del estudio comprenden su naturaleza transversal, el hecho de que los datos fueron recabados únicamente en un momento, así como las dificultades de medir con exactitud el constructo latente de la reserva cognitiva, que en este estudio estuvo representada por la educación y la complejidad laboral.

Pese a estas limitaciones, el Dr. Woods indicó que los resultados respaldan la evidencia previa de que "adoptar un estilo de vida saludable, como realizar ejercicio y mantener una dieta adecuada, así como participar en actividades social y mentalmente estimulantes, es bueno para el corazón y el cerebro. No hay ninguna garantía de que no presentaremos demencia, pero nos podemos brindar las mejores posibilidades siguiendo este consejo".

"Cuidar su cerebro"

María Carrillo, PhD, directora general de ciencia de la Alzheimer's Association, manifestó a Medscape Noticias Médicas que las conclusiones de los autores "confirman principalmente hallazgos previos, y respaldan un mensaje de salud pública importante".

La Dra. Carrillo y sus colaboradores en la Alzheimer's Association recientemente finalizaron un resumen exhaustivo de la evidencia relacionada con factores de riesgo modificables para el deterioro cognitivo y la demencia.[2]

En su informe concluyen que "hay evidencia suficientemente sólida" para señalar que la actividad física regular y el control de los factores de riesgo cardiovascular (diabetes, obesidad, tabaquismo e hipertensión) reducen la eventualidad de sufrir deterioro cognitivo, y pueden disminuir el riesgo de demencia. Asimismo, existe evidencia fuerte para concluir que una dieta saludable, el aprendizaje de por vida, y el entrenamiento cognitivo, también pueden reducir el riesgo de deterioro mental.

Con base en los hallazgos del estudio, la Alzheimer's Association dio a conocer "10 formas de cuidar su cerebro", que presenta una lista de factores que pueden reducir el deterioro cognitivo y disminuir la demencia.[3]

El estudio CFAS-Wales está respaldado por apoyos económicos del Consejo de Investigación Económica y Social y el Medical Research Council. Dos de los autores forman parte de la junta editorial de PLOS Medicine.


 
 
 

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