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13 señales de alerta de suicidio en adolescentes

  • Dr. Sivan Mauer
  • 26 may 2017
  • 4 Min. de lectura

Aprovechando la atención por el suicidio en los adolescentes que han generado la serie "13 Reasons Why", disponible en emisión en continuo, y el peligroso "juego de la ballena azul", que circula por internet, es muy importante plantear esta discusión en el ámbito médico, donde los prejuicios y el desconocimiento del problema son probablemente parecidos a lo que sucede en la población general.

El objetivo de este comentario es identificar algunas señales de alerta, para que los profesionales puedan ofrecer ayuda al paciente y orientar a los padres sobre dónde y cuándo solicitar asistencia sanitaria especializada.

Epidemiología

El suicidio en los adolescentes no es un mito, sino un problema real y muy grave, de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud, representa la segunda causa principal de mortalidad entre personas de 15 a 29 años de edad.[1]

En un estudio reciente llevado a cabo en Dinamarca se observó que 46,5% de los adolescentes que intentan el suicidio quieren morir realmente, y que apenas 2,5% solo quiere "llamar la atención", lo que contradice la idea de que los adolescentes usan el intento de suicido solo para atraer la atención hacia sí mismos.[2] Este mismo estudio demostró también que 50% de los adolescentes presentan ideas de suicidio durante más de un mes y que muchos de estos jóvenes no se sentían apreciados por sus padres y este sería el motivo principal para acabar con su vida.

Ideación suicida, intento de suicidio y suicidio

Hablar de ideas de suicidio, intentos de suicidio o sobre el suicidio es un asunto bastante difícil para todos los familiares, pero esto se refleja de manera mucho más patente por lo general en los padres de los adolescentes, que con frecuencia se sienten culpables y no saben cómo afrontar la situación que plantea el problema en el ambiente familiar. En este momento de angustia los profesionales sanitarios deben abrir espacios para el diálogo y deben intentar acoger a los padres de la manera más empática, tratando la situación de la manera más cuidadosa y profesional posible, evitando posibles juicios.

Un estudio publicado en 2014 demuestra que los adolescentes acaban con su vida con métodos bastante agresivos, como el ahorcamiento y el uso de armas de fuego.[3] Otro dato relevante indica que los adolescentes cometen más suicidios mientras que las adolescentes cometen intentos de suicidio.[4]

Un factor de riesgo contrastado es la relación entre el suicido y las enfermedades mentales. Los estudios indican que 75% de los adolescentes que se suicidan tienen algún tipo de trastorno mental, principalmente trastornos afectivos, como depresión y trastorno bipolar.[3,5] La dependencia de varias drogas como alcohol, marihuana y tabaco está asociada a un aumento del riesgo de intento de suicidio en los adolescentes.[6,7]

También es importante resaltar que en los adolescentes gays, lesbianas, bisexuales, travestis y transgénero el índice de suicidio ha ido aumentando en los últimos años. Muchos de estos adolescentes conviven con determinadas angustias específicas, como el descubrimiento y la aceptación de su sexualidad o de su identidad de género, además de que con frecuencia tienen que convivir con los prejuicios y las dificultades de la familia para ayudarlos.[8,9,10]

Debemos estar atentos a ideas preconcebidas erróneas, como las que indican que las alteraciones del estado de ánimo o la autolesión son situaciones normales en esta fase de la vida.

Autolesiones: Señales de alarma

Otro indicio de suma importancia que debe servir de alarma son los casos de autolesión en adolescentes. Algunos datos muestran que alrededor de 70% de los adolescentes que se autolesionan acaban cometiendo al menos un intento de suicidio.

Puede considerarse autolesión el acto de herirse sin la intención de morir, como hacerse cortes en el cuerpo, pellizcarse, morderse, quemarse o incluso saltar desde sitios altos con el objetivo de provocarse fracturas.

Los testimonios de los adolescentes muestran que la autolesión alivia su sufrimiento psíquico, además de ser una manera de superar los pensamientos negativos o incluso de expresarlos.

Hay que tener en cuenta que la inmensa mayoría de los adolescentes esconden las marcas de la autolesión, muchas veces utilizando ropas de manga larga o pantalones largos, incluso en días calurosos. Por este motivo es conveniente resaltar la importancia de la exploración física en estos pacientes.

Anamnesis

Para facilitar la investigación sobre el suicidio en los adolescentes se recomienda plantear durante la anamnesis trece situaciones que deben analizarse con el adolescente y con los padres:

  1. Intentos de suicido previos.

  2. Alteraciones del estado de ánimo, ansiedad y agitación.

  3. Irritabilidad intensa sin justificación aparente.

  4. Empezar a hablar de suicidio/muerte.

  5. Cambios en los cuidados higiénicos habituales.

  6. Abuso de alcohol y de otras drogas.

  7. Situaciones de autolesión.

  8. Aislamiento de familiares

  9. Aislamiento de amigos.

  10. Tener actitudes violentas.

  11. Comentarios con contenidos de desesperanza.

  12. Buscar información sobre métodos de suicidio.

  13. Conflictos en relación con la identidad sexual.

La adolescencia es un periodo de transición difícil tanto para los propios adolescentes como para los padres y los demás familiares, por eso debemos estar atentos a ideas preconcebidas erróneas, como las que indican que las alteraciones del estado de ánimo o la autolesión son situaciones normales en esta fase de la vida.

Nuestro deber como profesionales de la salud es entender los mensajes y los indicios mostrados por los adolescentes, aumentando de este modo nuestra capacidad de ayuda y disminuyendo el número de muertes en los adolescentes.


 
 
 

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